Al margen de los sentimientos religiosos de alumnos y alumnas,sean los más reacios a admitir que una niña acuda a la escuela con el hiyab que la distingue como practicante de la religión islámica.Y por cierto,hay que reconocer que entre las religiones que hoy conviven libremente en nuestro país es la islámica ante la que se tienen más prejuicios.Es cierto que sus símbolos externos son mas evidentes que los de cualquier otra religión y que no sabemos si las niñas los eligen libremente o les son impuestos,nada mejor que una escuela libre,impregnada de nuestros valores democráticos,en la que niños y niñas crezcan en el respeto al otro,como ciudadanos y ciudadanas que piensen por sí mismo,sin querer imponer y sin consentir que les inpongan lo que no quieren. En el caso de las niñas es decisivo que aprendan desde la escuela a defenderse de la imposición de valores tradicionales que no pretenden otra cosa que mantener a las mujeres en la orilla del camino por el que se va a la libertad y por tanto a hacer verdaderamente lo que a una le da la gana.La escritora Fatima Mernisi,se reveló el versículo coránico de uso del velo como un signo de protección para las mujeres.Dice Mernisi que el hiyab es,en ese sentido,una respuesta a la agresión sexual.Es decir que el hombre es dueño y señor de su comportamiento,sea éste lo indigno y despreciable que sea,mientras que la mujer debe tratar de no provocarlo.Con velo o sin velo,ninguna mujer podrá decir que es libre,si tiene que medir sus pasos para no chocar con las zancadas de los hombres que quieren que ellas no estén en su camino.Eso es lo más relevante del inquietante conflicto ante el que estamos..
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