jueves, 21 de junio de 2012

“PEREZOSO LECTOR (…) LECTOR DE MI ALMA”


SEVILLA. Existen alcaldes que se llaman a sí mismos hombres “políticamente incorrectos”. No hablemos de la estupidez, ¡España es un completo delirio en este momento! Platón, un locutor de radio mañanero, Juan Ramón Jiménez, la jueza, el químico filántropo, un picador sin caballo, la escritora de telediarios, los acampados en internet… Qué promiscuidad, qué inconsolable gentío en torno a la gramática… ¿Quién es el ignorante que piensa que tener un libro entre las manos es tarea pasiva, mientras que jugar con la videoconsola es algo semejante a una conquista, una actividad incesante?
“Perezoso lector (…) Lector de mi alma”, escribía Larra, un guiño a aquel otro “hipócrita lector” de Baudelaire. ¿Soporta usted más de cinco minutos de lectura, un artículo o un libro? Leer es escribir con los ojos más abiertos y las manos atadas, escuchar el latido de cada palabra. Ahora que corres tras el precipitado vuelo de un ángel enloquecido, oculta tu bello sexo lentamente en el último batir de alas. Para, calla y duerme, no te olvides de conservar el pudor. ¡Ámame, te romperé el corazón, idiota de mi alma! El mugido de un dócil toro celeste atraviesa la noche. Cuando se abra un surco como un planeta estrellado, florecerá tu pensamiento sin tregua. ¡Oh, joven efebo, cuídate mucho, no vaya a ser que un estante de la biblioteca te rompa la crisma!

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